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La nueva cuota de pesca
Salomón Manzur Salgado Presidente de la Asociación Nacional de PYMES y medianas empresas Pesqueras de Consumo Humano Directo
NO SE PUEDE soslayar el clamor de la población peruana afectada por el desabastecimiento de los pescados blancos en la mesa de los hogares.
NO SE PUEDE soslayar el clamor de la población peruana afectada por el desabastecimiento de los pescados blancos en la mesa de los hogares.
La escasez en los mercados provoca precios desmedidos, lo cual genera grandes utilidades a los especuladores.
Es inaceptable que el Perú, reconocido internacionalmente por su mar privilegiado debido a la significativa variedad y cantidad de peces, tenga enormes pasivos como la desnutrición crónica infantil, con un alto porcentaje que coloca al país en vergonzosos últimos lugares en el mundo.
Otro pasivo mayúsculo es la contaminación del medioambiente marino, que produce enfermedades respiratorias alérgicas en la población.
La sobredimensionada industria de harina de pescado tiene voraces barcos y plantas que se llevan el 95% de la cuota anual permisible de pesca fijada por el Instituto del Mar (Imarpe). Hasta aquí todo parecería estar bien, pero existen dos graves fallas.
La primera es que las operaciones de extracción y el procesamiento de las fábricas de harina y aceite se realizan sin sistemas de conservación y/o cadena de refrigeración de la materia prima extraída viva del mar, transportada y transformada en tierra.
Resulta insólito procesar la pesca después de casi 20 horas de la captura. Hay que recordar que la Ley N° 28611 del Ministerio del Medio Ambiente obliga a las empresas extractoras de recursos naturales a preservar el medioambiente, pero este tipo de actividad constituye, precisamente, lo contrario.
La segunda corresponde al Imarpe, que, al parecer, no está considerando la reserva que necesita la cadena alimenticia marina, especialmente de las poblaciones que conforman el ecosistema de la corriente de Humboldt, donde la anchoveta es alimento indispensable para diversas especies, como lenguado, corvina, jurel, entre otros. La cuota anual de pesca permisible que establezca esa entidad debería considerar como primera prioridad la preservación de las especies marinas y luego las cuotas para consumo humano directo, y finalmente el indirecto.
El DS N° 005 -2012 prioriza las necesidades de subsistencia de las poblaciones de peces marcando el territorio de 0 a las 10 primeras millas, donde la gran flota que pesca para la harina –como ya se señaló, no tiene cadena de frío– queda prohibida de actuar.
No tiene sentido utilizar un recurso tan valioso y frágil en estado vivo para obtener un monoproducto que es la harina, exportándola sin valor agregado para ser utilizada en la preparación de alimento balanceado para animales.
Publicado: 18/04/2013
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