Tenemos que romper dependencia con Chile
El especialista en Hidrocarburos Manuel Dammert dijo a LA PRIMERA que mediante la compra de los activos de Repsol, que incluyen la refinería de La Pampilla y 300 grifos, por parte de PetroPerú, se romperá con la dependencia de la importación de gasolina de Chile y se evitará el monopolio Chileno del mercado del petróleo en el Perú.
"Especialista indica que la compra del 51% de acciones de Repsol hará posible que el Perú rompa de algún modo su dependencia energética con Chile. "
“Estamos en una situación disfuncional, pues compramos combustibles refinados a Chile por 7,250 millones de dólares anuales a través de la Empresa Nacional del Petróleo de Chile (Enap). Si el estado peruano no compra la refinería de La Pampilla y no hace una política de integración vertical y moderniza PetroPerú, vamos a seguir dependiendo” de esa empresa estatal Chilena, subrayó.
Dammert añadió que la refinería de La Pampilla es un activo rentable que forma parte de la operación que ofrece Repsol, de un paquete mayoritario de acciones de sus negocios en el Perú, que incluyen la red de grifos y una planta envasadora de gas licuado.
“Repsol está vendiendo sus activos, no porque La Pampilla no sea rentable sino porque Repsol no tiene respaldo financiero y el principal activo que tenía ya lo vendió, que es todo el proceso de licuefacción. Además, también tiene que pagar muchos impuestos”, agregó.
Indicó que el gobierno no hará control de precios de combustibles y tampoco establecerá un precio artificial “porque son precios internacionales y lo que habrá es la libre competencia, que va a regular adecuadamente el mercado”.
Dammert sostuvo que el expresidente Alan García postergó en su gobierno la desulfurización de las refinerías hasta el 2016 y permitió que nuestro país dependiera de Chile para abastecerse de gasolina de calidad, desulfurizada.
Por otro lado, Humberto Campodónico, expresidente de PetroPerú, señaló que esta compra de activos deRepsol será importante porque luego el gobierno podría aplicar una política de integración vertical con la refinación de petróleo mediante La Pampilla, la explotación de lotes petroleros y la comercialización decombustibles.
El presidente de la Comisión de energía y Minas del Congreso, Teofilo Gamarra, subrayó que si la refinería de La Pampilla fuera comprada por la empresa Chilena Primax, el Perú dependería totalmente de Chile en materia de abastecimiento de combustible en el país.
Agregó que la modernización de La Pampilla y la refinería de Talara permitirían una mejor producción y comercialización para el mercado interno y para el mercado internacional, y “así PetroPerú podría convertirse en una empresa competitiva en América Latina”.
“El precio del combustible en el Perú no está en relación con el internacional; es decir, si hay una caída de precio mundial del petróleo esto no se refleja de inmediato en los grifos peruanos. Si PetroPerú entra de manera competitiva en el mercado con precios justos, entonces la caída de precios se notará en la demanda interna”, enfatizó.
Por su parte, los economistas Carlos Adrianzén y Pablo Secada plantearon en una radio local posiciones marcadamente neoliberales y privatizadores para oponerse a la posible adquisición de los activos deRepsol.
Adrianzén sostuvo que, al carecer de institucionalidad, el ingreso del Estado al sector Hidrocarburos puede llevar a reeditar el uso de las empresas públicas como botín.
Secada dijo que sería un retorno al pasado, cuando había mucha corrupción en las empresas estatales.
Javier Solís
Redacción
Dammert añadió que la refinería de La Pampilla es un activo rentable que forma parte de la operación que ofrece Repsol, de un paquete mayoritario de acciones de sus negocios en el Perú, que incluyen la red de grifos y una planta envasadora de gas licuado.
“Repsol está vendiendo sus activos, no porque La Pampilla no sea rentable sino porque Repsol no tiene respaldo financiero y el principal activo que tenía ya lo vendió, que es todo el proceso de licuefacción. Además, también tiene que pagar muchos impuestos”, agregó.
Indicó que el gobierno no hará control de precios de combustibles y tampoco establecerá un precio artificial “porque son precios internacionales y lo que habrá es la libre competencia, que va a regular adecuadamente el mercado”.
Dammert sostuvo que el expresidente Alan García postergó en su gobierno la desulfurización de las refinerías hasta el 2016 y permitió que nuestro país dependiera de Chile para abastecerse de gasolina de calidad, desulfurizada.
Por otro lado, Humberto Campodónico, expresidente de PetroPerú, señaló que esta compra de activos deRepsol será importante porque luego el gobierno podría aplicar una política de integración vertical con la refinación de petróleo mediante La Pampilla, la explotación de lotes petroleros y la comercialización decombustibles.
El presidente de la Comisión de energía y Minas del Congreso, Teofilo Gamarra, subrayó que si la refinería de La Pampilla fuera comprada por la empresa Chilena Primax, el Perú dependería totalmente de Chile en materia de abastecimiento de combustible en el país.
Agregó que la modernización de La Pampilla y la refinería de Talara permitirían una mejor producción y comercialización para el mercado interno y para el mercado internacional, y “así PetroPerú podría convertirse en una empresa competitiva en América Latina”.
“El precio del combustible en el Perú no está en relación con el internacional; es decir, si hay una caída de precio mundial del petróleo esto no se refleja de inmediato en los grifos peruanos. Si PetroPerú entra de manera competitiva en el mercado con precios justos, entonces la caída de precios se notará en la demanda interna”, enfatizó.
Por su parte, los economistas Carlos Adrianzén y Pablo Secada plantearon en una radio local posiciones marcadamente neoliberales y privatizadores para oponerse a la posible adquisición de los activos deRepsol.
Adrianzén sostuvo que, al carecer de institucionalidad, el ingreso del Estado al sector Hidrocarburos puede llevar a reeditar el uso de las empresas públicas como botín.
Secada dijo que sería un retorno al pasado, cuando había mucha corrupción en las empresas estatales.
Javier Solís
Redacción
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