El mar de los peruanos
Domingo, 16 de
febrero de 2014 | 4:30 am
GLADYS TRIVEÑO
Ministra de
Producción
El ordenamiento
pesquero dictado en agosto de 2012 es la alternativa más inteligente para
asegurar la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la opción más justa con
los 44 mil pescadores artesanales y 8 millones de familias que han visto al
pescado alejarse de la mesa popular.
Además de
inteligente y justo, el ordenamiento pesquero, que tiene sustento científico de
Imarpe, ha probado ser muy efectivo.
Las cifras
hablan solas: el PBI de pesca ha crecido en el último año más del triple de
rápido que en los 10 años precedentes (12.66% vs 3%).
La biomasa de
anchoveta ha pasado de 5,3 millones de TM a niveles sostenibles de 10.3
millones de TM. Los ingresos de las empresas de harina y aceite de pescado
habrían crecido hacia fines de la segunda temporada de 2013 en 26%, superando
en dinamismo a las empresas del sector financiero, minero y retail. Por ello,
las empresas industriales con cuotas de pesca de anchoveta valen cada vez más y
son atractivas para el capital extranjero. Copeinca vendió el año pasado a US$
64 millones cada punto porcentual de su cuota. Y actualmente, habría postores
que estarían dispuestos a pagar el equivalente a US$ 80 millones por un punto
porcentual de cuota de la pesquera Diamante.
En desembarques
para el consumo humano directo se ha crecido 11.53%, a pesar que no hubo
buena captura de jurel y pota. La merluza, caballa, bonito y calamar ya
comenzaron a recuperarse, y especies que requieren más tiempo como el lenguado
y la corvina, lo harán más adelante. Tras más de 48 meses al alza, el precio
promedio ponderado del pescado en los mercados mayoristas de Lima y Callao ya
comenzó a bajar.
El ordenamiento
pesquero funciona para todos: para los grandes, para los chicos y también para
los bien conectados. A diferencia de gobiernos pasados, no se han otorgado
nuevos derechos de pesca de anchoveta sino que se ha pedido cuentas a los
dueños de estos. Por ejemplo, se ha hecho una revisión técnica a las
embarcaciones de menor escala y se han declarado improcedentes 551 solicitudes
de canje de permisos de menor escala para anchoveta por no cumplir los
requisitos.
Las malas
prácticas tienen las horas contadas. En esta administración, con más
inspectores, se han realizado más intervenciones a plantas y embarcaciones que
en gestiones anteriores, incluso en pampas de secado y astilleros.
Perú, la segunda
potencia pesquera, está en camino a tener la mejor regulación del mundo. Pero,
hacia futuro, debemos ir más allá de la regulación.
Los voceros de
los harineros deben dejar de pensar que es un desperdicio permitir que la
anchoveta y las otras pesquerías se reproduzcan en las primeras 10 millas. Y
quizá los políticos entender que el mar no es un buffet con el que saciar un
apetito voraz. No debemos permitir que la flota industrial cuyas embarcaciones
tienen un tamaño combinado equivalente a más de 15,400 buses del Metropolitano
se acerquen a menos de las 10 millas en la zona Norte Centro o a menos de 5 o 7
millas en el Sur y pongan en riesgo los ingresos de los pescadores artesanales
y la mesa popular.
Los empresarios
deben abrazar las oportunidades que ofrece el sector acuícola y la pesca para
consumo humano directo basada en la anchoveta y otras especies. Una encuesta de
Datum acaba de derrumbar la creencia de que la anchoveta no es una alternativa
viable de alimentación y negocio.
Los peruanos,
pedir a las autoridades que la asignación o renovación de las cuotas de pesca o
los derechos de acceso a cualquier pesquería se realicen utilizando mecanismos
de mercado que le den el valor justo a la riqueza del mar peruano. Las cuotas
no deben regalarse como se hizo en 2008.
Finalmente,
debemos exigir transparencia para la gestión de intereses. Es importante que
sepamos si quien opina sobre cómo debe regularse la pesca ha recibido
financiamiento en campaña política o contratos de consultoría; es de la
planilla, socio o director de alguna empresa pesquera; o, si quien despotrica
contra el ordenamiento pesquero en artículos de opinión es un ex director de
una empresa harinera. Y debemos demandar también que en el Produce y en el
Imarpe, las personas con conflictos de intereses no tengan cabida.
Los recursos
naturales del país son de todos los peruanos y deben defenderse con firmeza, y
en el marco de un diálogo fluido con todos los actores involucrados. Pero el
diálogo debe respetar la independencia de Produce y el Imarpe y no debe
reducirse a una presión gremial hecha a periodicazo limpio o en los corredores
del poder político.
El Ministerio de
la Producción no es solo el ministerio de 8 empresas sino de los 30 millones de
peruanos.
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