POR: CÉSAR CÓRDOVA PONCE
“Ex
director regional de la producción de Ancash pide derogar
norma. Le
recuerdo su legado funesto a la pesca regional”
Por años hemos sido testigos de los golpes que entre ellos
mismos se propinan los dirigentes de las diferentes agrupaciones que
representan a los armadores y pescadores del sector artesanal. Hemos observados
también absortos, cómo después de denunciar las irregularidades permitidas por
la Dirección Regional de la Producción de Ancash (DIREPRO-ANCASH) con videos y
fotos incluidos, ante una disposición nacional orientada a poner orden en el
sector las partes en conflicto se unen y salen a protestar contra el supuesto
abuso y atentado contra la autonomía regional.
La razón es simple: Funcionarios corruptos de la DIREPRO-
ANCASH y un sector irregular y hasta podríamos asegurar ilegal de la flota
artesanal, conviven felices en el sub mundo del desorden y del “arreglo”.
No se puede entender por ejemplo, la conducta irresponsable
de la autoridad regional al permitir en pocos años el exagerado incremento de
las embarcaciones artesanales con permiso para pescar anchoveta destinada al
consumo humano directo y especialmente al sector conservero. No se puede
admitir que de 95 pasen a 235 las naves con permiso para desarrollar esa labor
extractiva. Ante este desatino regional, tuvo que intervenir PRODUCE desde Lima
para detener este “negociado” que se estima en más de 2 millones de dólares en
un escandaloso caso que fue denunciado en su momento y que lamentablemente,
como ya se está siendo costumbre en nuestra región, no mereció mayor reacción
ni del Ministerio Público ni de la Capitanía de Puerto.
En acusaciones mutuas, agrupaciones en conflicto denunciaban
los pagos indebidos de 10 mil y hasta de 15 mil dólares que se hacían a la
DIREPRO-ANCASH para que sus embarcaciones sean consideradas en esta
relación privilegiada, entendiendo que el círculo corrupto se cerraba con las
fábricas “escogidas” para recibir ilegalmente la anchoveta en una danza mafiosa
de miles de dólares que tendría como “cerebro” a un Ing. funcionario de carrera
a quien muchos señalan como el “negociador” y el encargado de realizar estas
sucias acciones coludido con los últimos directores que han pasado por esa
entidad pública del sector.
Hoy, estos mismos elementos de la convivencia corrupta,
vuelven a juntarse ante los embates de fiscalización que ha emprendido la
gestión de Ollanta Humala y han salido de la mano a denunciar al gobierno
central por no respetar su autonomía regional.
Han salido a exponer ridículos argumentos aprovechándose de
la desinformación de la opinión pública y la medrosa actuación de las
autoridades competentes.
Pero muchos no olvidamos aun el circo armado que fue la
reinspección de las 150 embarcaciones pesqueras artesanales registradas en la
jurisdicción de la DIREPRO-ANCASH. En esa ocasión, a pesar de haberse
conformado esta Comisión con personas en evidente conflicto de intereses, se
detectaron naves con una serie de irregularidades e incluso en evidente delito,
tal y como la misma DIREPRO-ANCASH advierte al determinar la suspensión de las
actividades de estas naves observadas mediante las resoluciones directorales
241, 244 y 245, señalando inclusive que tal decisión se toma tras haberse
detectado que los números de serie de motores, medidas de esloras, etc.
inspeccionados por tal comisión, difieren de los que se consignan en sus
certificados de matrícula, pero… aunque cuesta creerlo, les otorga un plazo
para “regularizar” su situación.
Otra situación anómala es la presencia de las naves llamadas
“vikingo” que depredan el mar y que también mantienen esa alianza corrupta con
la DIREPRO-ANCASH, amparados por el descontrol en la recepción de la anchoveta
que debería destinarse al sector conservero, pero acaba convertida en la
“harina negra” que no aparece en los datos oficiales de PRODUCE.
En este punto, cabe señalar que el volumen de anchoveta que
la flota autorizada extrae de nuestro mar, supera exageradamente la capacidad
de producción de las fábricas conserveras y no hay un control ni en el destino
real de la anchoveta capturada ni en las condiciones en las que es tratado este
recurso para conservar el grado de frescura que se requiere y por el contrario
la manera en la que se manipula y transporta, evidencia de que hay un “arreglo”
para que las autoridades del sector se pongan una venda en los ojos y permitan
este inescrupuloso negocio de destinar este recurso a la “harina negra” de pescado.
Todo esto se puede acabar con el sinceramiento de la
verdadera flota artesanal y un censo de los reales pescadores artesanales, la
fiscalización en su extracción con la talla y su manipulación adecuada, el
volumen real que el sector conservero requiera con el respectivo cruce de
información para garantizar que efectivamente se destine a ese fin y que se
plasme en el reporte de recepción y producción respectivo, y otros ajustes que
para satisfacción de muchos el gobierno por fin está empeñado en realizarlos.
Claro está, dentro de la nueva política pesquera que ha
anunciado y que necesita de un real diagnóstico de este sector que ha
priorizado, entendiendo que en base a ello determinará la modernización de su
infraestructura y de mecanismos que garanticen un adecuado manipuleo de la
especie, para que pueda llegar en óptimo estado de higiene y frescura a los
diferentes mercados para su consumo directo.
Hace pocos días hemos visto en apuros a cerca de 25 cámaras
frigoríficas transportando anchoveta y de un lado a otro buscando descargarla
con remate incluido, pero algo no les permitía hacerlo. ¡La presencia de
inspectores de PRODUCE enviados desde Lima que estaban monitoreando el destino
de este recurso!
Cabe señalar que esta situación se daba con 90 lanchas
artesanales en faena, que generaron el caos porque con este volumen de pesca se
atiborró de anchoveta la capacidad de recepción de las fábricas
conserveras instaladas en nuestro puerto. ¡Imagínense con qué criterio la
DIREPRO-ANCASH ha dispuesto dar el permiso a 150 embarcaciones!
Por eso, no llamó la atención que un sector interesado salga
en conferencia de prensa y por los medios de comunicación locales,
denunciando y tratando de desprestigiar el llamado al orden que se ha impuesto
la gestión de Kurt Burneo y que incomoda a este sector informal y corrupto.
Por último, apoyamos esta tarea de fiscalización y
reordenamiento del sector artesanal, que con la política anunciada por el
titular del Ministerio de la Producción, garantizará que el verdadero pescador
artesanal tenga mejor trato y mayores beneficios, con programas que dosifiquen
su esfuerzo actual y le permitan acceder a una jubilación decorosa, al mismo
tiempo que controla la depredación de las especies dentro de las 5 millas y asegura un
producto de calidad en las mesas populares para combatir la desnutrición y
elevar el consumo per cápita de pescado.
El reino de la “pesca negra” beneficia a unos pocos
sinvergüenzas e instala la corrupción, afecta la biomasa y al ecosistema, al
margen que perjudica al mismo Estado en su recaudación tributaria. La
población ya está advertida.
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