lunes, 3 de marzo de 2014

Triveño: "Si la SNP ha triunfado, se verá con las decisiones que tome la nueva gestión". LA MULA. PE


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“El 10% de las exportaciones de la harina de pescado
debe ser para todos los peruanos”

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Triveño: "Si la SNP ha triunfado, se verá con las decisiones que tome la nueva gestión"

La exministra de la Producción revela que no pudo en casi dos años reunirse con el ministro de Economía para explicarle la reforma emprendida en la pesca porque éste no tenía tiempo. También señala que fue un error de Heredia contradecir al ahora exprimer ministro Cesar Villanueva.



PUBLICADO: 2014-03-01
Gladys Triveño Jan (Lima, 1967) acaba de dejar el cargo de Ministra de la Producción en el que estuvo un año y diez meses. Llegó al Gobierno como una técnica independiente y puso orden en el sector pesquero, acostumbrado a conseguir, mediante favores políticos, prebendas del Gobierno. Eso le costó ataques, insultos e interpelaciones azuzadas por la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP). 
A mediados del año pasado le tocó responder por 17 horas consecutivas una interpelación en el Congreso con preguntas que parecían predigitadas desde el gremio empresarial por el sorprendente detalle técnico, inesperado en nuestros legisladores. Al final resistió y se mantuvo en el cargo. 
Este año, la avalancha de criticas por una reforma que busca, ante todo, alentar la pescar artesanal y el consumo humano directo de la anchoveta, obligando a los grandes industriales a pescar por encima de la milla 10 del mar peruano, le valió múltiples artículos de opinión e incluso editoriales en su contra en los diarios del conglomerados de medios del Grupo El Comercio.
Al final, esta semana, tras la crisis suscitada entre el ex primer ministro Cesar Villanueva por un lado; y la primera dama, Nadine Heredia y el ministro de Economía, Luis Castilla, por el otro; Triveño fue de las que abandonó el Gabinete. 
"El presidente me ha dicho que no se trata de dar marcha atrás en la reforma. Debo creer en el presidente", dice en la oficina de su empresa dos días después del abandonar la capitanía del Ministerio de la Producción. 
Cuenta que en los dos años de la reforma, el ministro Castilla no pudo recibirla para que ella le explicará a profundidad la reforma del sector pesquero. Pero que sin embargo, sí se reunió con la SNP. ¿Será esta una clarinada de que el Gobierno retrocederá con el reordenamiento pesquero? La exministra prefiere no adelantar opinión. 

El cambio de ministros fue bastante abrupto. ¿Le sorprendió su salida del gabinete?
Siempre hay la posibilidad de que el presidente pueda hacer algún cambio. Ciertamente, en mi caso, hubo una coyuntura especial. A principios de año, conversé con el presidente y le dije que las cosas se complicarían en el sector. Le dije: “Presidente, estoy comprometida con reducir la desigualdad en el sector pesca. Creo que la dirección de la reforma es la correcta. He sentido su apoyo, pero sé que las presiones son grandes”. Solo en el 2014, he tenido casi diez entre editoriales y artículos de opinión de tres importantes medios escritos que pertenecen al mismo grupo económico en mí contra y contra la reforma, y eso responde a que existía una campaña detrás. Yo estaba lista para enfrentar esta mayor presión, pero también estaba lista para abandonar el gabinete.
Presiones de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP)…
Unas semanas antes del fallo de La Haya, la Confiep emite un comunicado con varios reclamos al Gobierno, que en uno de sus puntos señala que el sector pesca tuvo magros resultados. Esta afirmación no solo se adelanta a los anuncios oficiales del crecimiento del PBI del sector, sino que es falsa. Este punto del comunicado obviamente se colocó por presión de la SNP. A raíz de este pronunciamiento, algunos ministros me expresaron su preocupación y yo les dije: “No siento que haya nada de que preocuparse. El gremio está defendiendo el interés de sus socios. Y nosotros tenemos que defender nuestras políticas”.
¿Hubiera preferido permanecer en el gabinete?



Siempre quieres tener la oportunidad, no solo de la parte del diseño, sino también de la defensa de la implementación y evaluar los resultados. Ya hemos tenido tres temporadas después de las reformas y he visto resultados muy buenos, el crecimiento del sector lo demuestra. El interés de inversionistas de venir al Perú es otra prueba de ello. El año pasado, ha habido una compra importantísima de una pesquera, este año existen nuevos coqueteos con otra empresa y vienen inversionistas para alentar el consumo humano directo; entonces, ¿cómo decir que la reforma no funciona? Obviamente, me hubiera gustado cosechar un poco más, seguir defiendo la reforma y dejarla más madura.
La SNP debe interpretar su salida del Ministerio de la Producción como un triunfo.
Es que ellos también han hecho un gran trabajo [con ironía]. Es un gran logro conseguir diez editoriales y artículos de opinión en los medios de comunicación. Es resultado de su trabajo y poder económico. Que la Confiep ponga una referencia al problema de un sector que representa el 1.7% del PBI, es un logro. Puede parecer [mi salida] un triunfo para ellos. Si ellos han triunfado, se verá con las decisiones que tome la nueva gestión.
Al día siguiente de su salida, la SNP envío un comunicado que afirmaba que sin las cuotas pesqueras y el reordenamiento del sector, la pesca hubiera impedido el déficit comercial en el 2013. EL gremio ya empezó a presionar, ¿cree que su reforma es irreversible?
Los peruanos deberíamos hacerla irreversible. Esta reforma se tiene que defender porque los intereses económicos que hay detrás son muy grandes.  Se han pagado 65 millones de dólares por cada punto porcentual de cuota cuando se compró Copeinca; y hoy la oferta es de 80 millones por cada punto de la pesquera Diamante. Habrá todo tipo de presiones para que se revierta la reforma. La mayor garantía de que esta reforma que consiste en que al menos las 10 millas del mar pertenezcan a los 30 millones de peruanos—para el sector gastronómico, para los pescadores artesanales, para las amas de casa, para la sostenibilidad de las próximas generaciones— sea irreversible es que los peruanos sintamos que el mar es de todos y no de unos poquitos.
En realidad, la mayor garantía sería que el presidente de la República considerara que la reforma es apropiada.
Cuando el presidente me comunicó que sería reemplazada me dijo que no se trataba de dar marcha atrás en la reforma. Tengo que creer en el presidente.
¿Pero su salida no es acaso una señal de que el Gobierno cedió frente a las presiones de los empresarios a los que usted enfrentó?



Algunos medios han hablado intencionalmente de un enfrentamiento que nunca hubo. Lo que nosotros hicimos fue hacer nuestro trabajo. Establecer políticas y lineamientos de gestión y reordenar el sector. Lo que hubo del otro lado es la intención de no respetar ese rol del Estado. Nosotros no nos hemos enfrentado a nadie.
Son formas de verlo, pero en todo caso, la SNP sí se enfrentó con usted.
Es que no estaban acostumbrados a respetar el rol del Ministerio de la Producción que es la entidad que determina cómo deben ser las cosas. Estaban acostumbrados a imponerse. Eso es lo que algunos medios de comunicación levantan “como el enfrentamiento de la ministra”. Cuándo has visto que yo les haya faltado el respeto o los haya llamado corruptos, como me han llamado a mí: ¡Nunca! Lo que si he dicho es que si se dejara de lado la codicia habría pescado más barato para todos los peruanos.
¿Cuál es la impresión con la que se queda de la SNP?
Ellos han perdido una gran oportunidad de mejorar su imagen gremial y se han quedado con la de un gremio que solo piensa en el interés de un grupito de empresas. Todo el dinero que se gastaron en asesores, voceros, en agencias de comunicación y avisos que publicaron en mi contra, habría servido para promover campañas del consumo de la anchoveta, para trabajar diversos proyectos. Ellos habían conseguido muchas cosas gracias a favores políticos y eso no es un invento mío. Quizá lo más importantes que consiguieron es que les regalaran los derechos de posesión de cuota a futuro sobre el mar de todos los peruanos. Y eso obviamente mereció en su momento la condecoración de un ministro [Rafael Rey]. A eso estaban acostumbrados.
Además de la SNP, usted también chocó con la familia presidencial, a raíz de la denuncia sobre los permisos de pesca ilegales que había conseguido el hermano del mandatario a través del presidente regional del Callao, ¿ese episodio no desgastó su relación con Humala?



No me he ido del gabinete pelea con el presidente. Aquella noche que un medio de comunicación sacó un video de pesca ilegal denunciando al señor Alexis Humala, yo recibí una llamada telefónica del presidente y él me dijo: “Gladys has lo que tengas que hacer”. Siempre he tenido libertad para tomar mis decisiones dentro del Ministerio sin presiones del nadie.
Cuando se ha reunido con el ministro de Economía, le manifestó que estaba de acuerdo con la reforma del sector pesquero.
Siempre dejábamos la posibilidad de conversar con más detalle porque nunca había tiempo. El ministro de Economía es el ministro con la agenda más complicada del gabinete. Todos los sectores económicos quieren hablar con él. Él despacha mucho con el presidente.
Pero no entiendo, la reforma es una de las medidas más importantes del sector y se emprendió en el 2012. En casi dos años, ¿no pudieron conversar de la reforma?
Hemos conversado, pero no con los niveles de profundidad y las horas de atención que yo requería para contarle con mayor detalle la reforma.
¿Y por qué?
Nunca habían las horas libres para profundizar con cada detalle, pero sí sé que él ha recibido la visita del gremio empresarial, igual que muchos ministros, tratando de influir en ellos.
¿Es decir que sí tenía tiempo para recibir a la SNP y no a usted?



No te puedo precisar si las reuniones que él ha tenido con el gremio han sido eventuales, esa precisión no la tengo. Pero sí sé que el gremio ha tratado de reunirse con todos los ministros y hacerles saber su posición.
Y en aquellas oportunidades que conversó sin profundizar de la reforma con el ministro Castilla, ¿cuál era su impresión?
No recuerdo exactamente, pero siempre se mostraba preocupado por la recaudación, no solo por el sector pesca, sino por todos los sectores. Yo le decía que tenía que considerar que en el año 2012 hubo una menor cuota que era uno de los reclamos de la SNP y como explican la reducción de las exportaciones. Pero esa menor cuota tuvo dos razones que la sustentan: 1) las condiciones climáticas no fueron favorables porque las Ondas Kelvin entraron y aumentó la temperatura del agua; 2) hubo un descarte de juveniles en el mar mucho más abundante que venía del año anterior y que motivó que se redujera la cuota a ese nivel. No fue un capricho de la ministra.
¿Comparte las declaraciones del exprimer ministro Villanueva quien afirmó que el compartimiento de la primera dama, Nadine Heredia, afecta la institucionalidad del país?
A Cesar lo respeto como a todos los jefes de gabinete. Pero creo que los medios están haciendo "el tema Nadine" mayor del que es. Le están dando a Nadine un don de ubicuidad que no tiene. Es más, en mi caso solo me habré reunido con ella, en casi dos años de gestión, no más de cinco veces para conversar temas referidos a Mypes que a ella le interesan.
Ya no es un medio de comunicación, sino el exprimer ministro .
Él se está refiriendo a su experiencia personal.
Pero eso comprueba que los rumores y suposiciones sobre la participación de la primera dama en el Gobierno que los medios han recogido son verídicos.
Eso es generalizar. El ex primer ministro se refiere a un hecho concreto que motivó su salida del Ministerio [se refiere a la discrepancia entre el premier y Heredia sobre la remuneración mínima vital]. En mi caso nunca he recibido a Nadine en la oficina exigiéndome algo, pidiendo algo. Tampoco me ha desautorizado públicamente. 
Como si le pasó a Villanueva.
A mí no me ha pasado. No he sentido que ella me haya tenido que dar luz verde a mis decisiones. Si alguien me las dio fue el presidente Humala.
No le parece que habla muy mal de la institucionalidad del país que la primera dama, que no tiene un cargo, desmienta al premier.
Hubiera sido mejor que ella dijera: no me voy a pronunciar sobre el tema, el premier ya habló. Hubiera dejado al ministro Castilla o al presidente referirse al tema cuando regresarán. El problema es que ninguno estaba en el país para pronunciarse. Creo que la propia Nadine pensará ahora que mejor se hubiera quedado callada.

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